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martes, 19 de febrero de 2013

LA CAMPAÑA POR LA REVOCATORIA ¿CARRERA DE CABALLOS O DAMERO DE AJEDREZ?













Si hay una diferencia entre la forma de comandar la campaña entre el aprista Hugo Otero y Favre es que este último maneja la campaña como un tablero de ajedrez mientras que el aprista lo maneja como una carrera de caballos. 


Si algo caracteriza a la campaña de los revocadores es su poco profesionalismo, su desorden, y el hecho que se concentra en sus propias fuerzas sin atender el contexto general. Como los caballos que corren con un tapa-ojos que les impiden ver sus costados, los revocadores creen que sólo les basta golpear con las espuelas al caballo para que corra más rápido les hará ganar la revocatoria. Otra característica de los revocadores es que ven a la campaña como una guerra, como una lucha en la que tienen que demonizar a su oponente para ganar. Una tercera característica de la campaña de los revocadores es que apelan a valores materialistas: fierro, cemento, etc. 



Por su lado, lo que caracteriza la campaña del Favre por el No es su profesionalismo. Cuando salieron los paneles con lemas como "Yo digo No a la exclusión" animadas con la famosa actriz Mónica Sánchez se dijo que esa campaña iba a fracasar pues no tenía conexión con la revocatoria y que la gente no atiende a "mensajes subliminales". Pero acaba de aparecer un spot donde Mónica Sánchez vuelve a hablarnos del NO a la exclusión pero está vez anunciando el Programa "Barrio Mío" dirigido a sectores excluidos como Huaycán. Entonces el "NO a la exclusión" que vimos en los paneles cobra sentido. No se trataba pues de "mensajes subliminales" que no tenían relación con la revocatoria, sino todo lo contrario, se trataba de una manera de ir introduciéndonos en los porqués debíamos apostar por el NO. Otra característica de la campaña del NO es que apelan a la unidad, a valores universales, etc. En este sentido, no toman la campaña como una guerra sino como una competencia. Favre sabe que en las dos últimas semanas cuando se decide el voto la gente llega harta de todo y puede estar dispuesta a escuchar propuestas propositivas. Una tercera característica de la campaña por el NO es que apelan a valores postmaterialistas: ordenamiento territorial, ecología, valores, educación, reforma del transporte, etc. 

Estamos entonces ante una campaña ordenada, que sigue un patrón profesional, y que tiene claro su objetivo y el manejo de los tiempos. Por su sistematización y visión general del panorama asoció la estrategia de Favre con un damero de ajedrez. 

La popularidad a favor de la revocatoria durante el 2012 se basaba fundamentalmente en la campaña millonaria sostenida durante los dos últimos años contra la alcaldesa Susana Villarán. Hasta hace dos semanas gran parte de la fuerza del SÍ residió en su popularidad. Mucha gente apoyaba el SÍ porque veían a la alcaldesa Villarán como una piñata, permanentemente acosada, débil, y por ello sin la autoridad necesaria. Frente a este hecho los apristas se sumaron a la batahola señalando que su decisión se basaba en que la revocatoria era un “sentimiento popular” (Agustín Mantilla dixit). Cortos de miras, los apristas se perdieron en los árboles los cuales les impidieron ver el bosque. Creyeron que tenían la batalla casi ganada y que solo era cuestión de tiempo. Es decir, miraban la campaña como una carrera de caballos: creían que como le ganaba al NO lo que se necesitaba era continuar dándole en su campaña del miente miente que algo queda para hacerse inalcanzable de los del NO. Para los revocadores se trataba de ganar la carrera de caballos aprovechan la ventaja que le habían sacado luego de una intensa campaña de dos años, desde que Susana Villarán asumió el cargo.

Concentrarse en la campaña como una carrera de caballos les hacía ver a los revocadores que los resultados de las encuestas les bastaban. Y que sólo tenían que seguir dándole “de alma” a Susana para ganar.

Pero una campaña electoral no es una carrera de caballos. Tal vez en un sentido lo sea, pero es más que eso. No es lineal, es más complejo. En un sentido se parece más a una partida de ajedrez donde se tiene que ver que cada pieza que se mueve modifica las posibilidades y el espacio de juego de las demás piezas. Una buena estrategia prevé el movimiento general del tablero de ajedrez, y mover las piezas para capitalizarlo a tu favor.

Para ganar una campaña electoral los revocadores tenían ciertamente que vencer a sus adversarios del NO. Pero eso no significaba que golpear como piñata a Susana les iba resultar hasta el final.

Las campañas electorales tienen su ciclo. Una campaña no acaba si el ciclo no termina de recorrerse. Esta campaña electoral de revocatoria sin una cruzada democrática en contra de los intereses particulares de los revocadores. No se puede pretende saltar etapas, eliminarlas, tratar de correr solo o terminar la campaña sin recorrer su ciclo completo. En ese sentido la campaña de los revocadores es una campaña poco profesional, hasta diría que se trata de una “campaña chicha”.

Por más que griten los revocadores, por más que insulten, por más que quieren que sus adversarios no se defienda, lo cierto es que no será así, y los revocadores no podrán evitar someterse al escrutinio público. Por más que hayan creado una fuerte red de poder los revocadores tienen que pasar la prueba del visto bueno de la ciudadanía. Y esto se toma sus tiempos. Y en este sentido los resultados de las encuestas pueden haberlos hecho ilusionarse antes de tiempo. Los revocadores no pueden impedir que la parte más activa de la ciudadanía, la llamada sociedad civil (organizaciones privadas sin fines de lucro que se agrupan voluntariamente para ocuparse de fines públicos) se involucre en la campaña. En ese sentido, los revocadores no previeron esto. En realidad no estaba en sus manos. Los intereses que nunca quedaron claro desde las causas de la revocatoria sin desligarlo de intereses tras bambalinas, pasando por el financiamiento del recojo de firmas, lo impresentable que son los voceros del SÍ, etc. etc. Y por eso no hicieron espacio para la participación de sociedad civil en su campaña. Por ello, en el lado de los revocadores no existen organizaciones sociales, culturales, deportivas, barriales, artísticas, gremiales, etc. Todas estas organizaciones han ido a parar al bando del NO.

Una campaña tomada como un tablero de ajedrez trata de fortalecerse con la fuerza disponible en la ciudadanía. En ese sentido la campaña publicitaria del No ha tenido el acierto de conectar con la voluntad de un verdadero ejército virtual apoyando la campaña por el NO desde las redes sociales. Este ejército estaba allí, listo para ser utilizado, para ser incorporado en el trabajo propagandístico. La estrategia de Favre conectó sinérgicamente con la potencialidad de ese ejército ciudadano especialmente joven. Funcionó. Favre ha demostrado que el marketing político no sirve necesariamente para promocionar un producto (como el marketing empresarial) o un candidato, sino sirve también para abrir otro escenario más amigable que el anterior en el que puedes desplegar otras estrategias destinadas a captar el voto.


Una campaña tiene más probabilidades de ser victoriosa si se alimenta de la fuerza de la ciudadanía. La campaña de Obama en los EEUU fue la demostración plena de este aserto. Pero cuando una campaña se sostiene sólo en sus “voceros” como lo hacen los revocadores corren el serio riesgo de desgastarse, de agotarse y de debilitarse. En este sentido bien les queda a los revocadores el dicho “carrera de caballos parada de burros”.


La “campaña chicha”, poco profesional de los revocadores nunca ha dejado de ser concebida como una carrera de caballos y en este sentido la estrategia de Favre los está pasando por encima. Favre concibe la campaña como un tablero de ajedrez y mueve sus piezas dentro de una dinámica general que involucra a los actores políticos, sociales, los poderes fácticos y especialmente la ciudadanía que tiene sus momentos de interés en la campaña. Si una cosa ha quedado claro es que los intereses políticos, económicos y sociales son mucho más fuertes en el lado de los del NO.  Esto ha resultado en que tras la alcaldesa se ha formado una coalición amplia y fuerte que será decisiva en las dos últimas semanas en que se decidirán las elecciones.




Las últimas encuestas no son alentadoras para los revocadores no sólo por la tendencia a favor del NO, sino porque se sabe que en las últimas semanas las tendencias se aceleran. Los revocadores están perdiendo uno de sus razones de ser: su popularidad. Un hecho político como la baja de la popularidad de la revocatoria y el ascenso del NO va a traer aparejada que las fuerzas del SÍ disminuyan, que pierda empatía popular. Perdida su popularidad, su “sex appeal”, el SÍ está herido mortalmente. El publicista aprista Hugo Otero puede perder una partida de ajedrez cuando esperaba ingenuamente ganar una carrera de caballos.


lunes, 18 de febrero de 2013

LOS ESCENARIOS DEL MIEDO


Uno de los argumentos centrales de los promotores del SÍ es que la gente desaprueba la gestión de Susana Villarán y que ellos respaldaban ese “sentimiento popular”. Su chamba como promotores sería entonces demostrar el por qué del rechazo. Pero ahora que las encuestas arrojan resultados más bien matizados, tendrán que justificar su postura. Si persisten con frases cliché como “incapaz”, “vaga”, etc. corren el riesgo de saturar. Una forma que tienen los revocadores para salir de este atolladero es con nuevas denuncias contra la administración de Susana.

La estrategia de Hugo Otero de demarcar la cancha entre ricos y pobres fue mal planteada y peor acompañada. Otero viene repitiendo esta estrategia desde los 80 (y el Apra desde mucho antes), pero esta vez Otero no tenía los insumos para que sus efectos sean los esperados. Tal vez el principal escollo para que esta estrategia funcionara fue que la izquierda en pleno y las organizaciones sociales respaldan a Susana Villarán y se oponen ACTIVAMENTE a la revocatoria. Cambiar el imaginario popular del hecho de que Susana sea considerada de izquierda y a su vez la asociación entre izquierda y la defensa de los valores materiales de la población necesitaba un esfuerzo mucho más grande que el que los revocadores podían realizar. Más aún cuando los “rostros del SÍ” han sido asociados a la corrupción y a las ventajas particulares. Lamentablemente para los del SÍ Hugo Otero está demostrando no estar a la altura de los nuevos tiempos (desactualizado). Susana no es Vargas Llosa ni Lourdes Flores. Hugo Otero tendrá pues que relanzar su estrategia. 

De otro lado, el gran mérito de la campaña publicitaria ideada por Favre fue entender y capitalizar la potencialidad y fuerza que encierra en sí mismo el término “NO”, y asociarlo a valores universales (¿Se dan cuenta como Favre cierra todos los espacios para el contraataque?) en mensajes publicitarios. Otro mérito de la estrategia publicitaria fue el acierto de conectar con la voluntad de un verdadero ejército virtual apoyando la campaña por el NO desde las redes sociales. Este ejército estaba allí, listo para ser utilizado, para ser incorporado en el trabajo propagandístico. La estrategia de Favre conectó sinérgicamente con la potencialidad de ese ejército ciudadano especialmente joven. Funcionó. Favre ha demostrado que el marketing político no sirve necesariamente para promocionar un producto (como el marketing empresarial) o un candidato, sino sirve también para abrir otro escenario en el que puedes desplegar otras estrategias más directas a capitalizar el voto a tu favor. ¿Lo ha logrado Favre con su publicidad de los paneles y la difundida en la TV??? Eso sólo se sabrá si sus siguientes pasos consiguen capitalizar votos a favor.

Gran parte de la fuerza del SÍ residió en su popularidad. Mucha gente apoyaba el SÍ porque veían a la alcaldesa Villarán como una piñata, permanentemente acosada, débil, y por ello sin la autoridad necesaria. Todo esto cambia cuando las personalidades del mundo de la cultura, el deporte, los gremios y la política la apoyan decididamente. Susana ya no aparece como una figura débil, al contrario, si algo se ha conseguido con esta campaña es que su autoridad se afirme. Esto tiene que traer aparejada que las fuerzas del SÍ disminuyan, que pierda empatía popular. Perdido su popularidad, su “sex apeal”, el SÍ está herido. ¿Es mortal esta herida? Si tomamos en cuenta los resultados de la encuesta DATUM sí lo está, pero sí tomamos los resultados de la encuesta de APOYO, no lo está. En todo caso eso lo sabremos en los próximos días. Frente a esto no dudo que Hugo Otero esté planeando “afinar” su estrategia. Las próximas encuestas pueden empujar a Otero y los revocadores a aplicar “el plan B”. Y ésta no puede ser otra que la estrategia del miedo. No sólo por los antecedentes de Otero, sino que porque el miedo es lo más efectivo para contener los votos de los sectores C y D (los decisivos).

Es difícil imaginar una campaña profesional a los del SÍ, pues hasta ahora sólo han mostrado un manejo chicha de su campaña. Pero supongamos que tras caer en las encuestas los pesos pesados del SÍ (Alan García, Castañeda, y asesores) se vean obligados a replantear la campaña revocadora. Por los antecedentes de Alan García, Hugo Otero y cía., esta estrategia podría constar de tres elementos: 1. apuntalar el enojo de la gente pobre apelando a denuncias concretas contra la gestión de Susana. 2. apelar al miedo (apañadora de comunistas, etc. caballo de Troya de organizaciones como Tierra y Libertad o Patria Roja) de un lado, y 3. apelar a la esperanza de otra: o sea mostrando la opción Castañeda. En realidad, se trata de una apuesta riesgosa. Los riesgos vendrían asociados a los costos, al factor Castañeda y a los argumentos que tendrían que exponer.

En primer lugar, si el SÍ sigue la tendencia decreciente y el NO una tendencia creciente a los revocadores no les quedará más que apelar a una ofensiva publicitaria, lo cual podría demandarles varios cientos de miles de soles o hasta millones de soles. Y si para justificar unos cuantos miles de soles tuvieron que recurrir a muertos y donantes bambas imagínense la pachotada que pueden hacer para justificar millones de soles que puede costar una ofensiva publicitaria. No sólo está el riesgo de no poder justificar los gastos que demanda una ofensiva publicitaria, sino que quedaría evidenciado que la revocatoria no se da por un “sentimiento popular” a tal punto que hace falta propaganda que convenza a la gente por esa opción.
En segundo lugar Castañeda. El factor Castañeda es también riesgoso, pues entrar a la cancha, y él lo sabe bien, podría significar que sus posibilidades para luego hacerse elegir bajarían notablemente. Castañeda tiene que saber que el destino casi impajaritable de quienes promueven las revocatorias es que pierden opciones electorales inmediatas. Por ello a Castañeda no le conviene aparecer haciendo campaña a favor del SÍ. De otro lado, sin embargo, el riesgo de la tendencia creciente del NO a expensas del SÍ hace que siempre se utilice al “factor Castañeda” a favor de la revocatoria, especialmente en los últimos días de la campaña. Se sabe que los revocadores no ganan elecciones para ocupar cargos que ellos han contribuido a revocar, y que por eso es siempre es un riesgo para Castañeda salir a hacer campaña. Él tendrá que elegir.

En tercer lugar, los argumentos. Una campaña del miedo necesita argumentos que lleven a la población a “comprobar” su veracidad. La “Chichi” Valenzuela, Mauricio Mulder, (antes Aldo M.) y otros extremistas de derecha han empezado a asociar la victoria de Susana a un fortalecimiento del “rojerío”, los terroristas, la “caviarada”, etc. Pero la gente ya ha escuchado tantas veces (la contracampaña contra Ollanta Humala está fresquita) estas versiones que francamente dudo que se vayan a tragar el cuento. Además, no sólo se trata que difundan esta versión sino que tiene que ser más fuerte que la versión de la contraparte que apoya a la alcaldesa.

Pero los del SÍ no se quedarían de brazos cruzados. Ellos también tienen su propio escenario del miedo: el miedo al caos de una ciudad con dos alcaldes en dos años y una paralización de las obras que mal que bien hace la alcaldesa Villarán. La pregunta cae por su propio peso: ¿Puede avanzar más el miedo la amenaza comunista en apoyo a una supuesta incapacidad (versión del SÍ) que el miedo a la paralización y el caos (versión del NO)?

La contraposición de los dos escenarios del miedo nos conduciría al terreno de las evidencias. Y allí el SÍ tiene más que perder que el NO. ¿Por qué? Porque demostrar evidencia de la amenaza comunista (acompañada de una incapacidad de gestión) ya parece un chiste digno de troleo masivo en las redes. En cambio, la versión del NO: de que si se revocan a las autoridades municipales puede sobrevenir el caos, el desorden, con 4 alcaldes en menos de dos años, la paralización del transporte, la vuelta del caos a La Parada, etc., puede ser mucho más “verificable” por la gente.

El grado de implementación de los escenarios del miedo tanto de los del SÍ como de los del NO van a depender de cómo vayan yendo las encuestas. Pero por lo visto las probabilidades son altas. De modo que en las próximas semanas puede darse en Lima una de las campañas electorales más sucias y grotescas que se recuerde. Ninguno de los dos bandos está dispuesto a  perder sin quemar sus últimos cartuchos. A medida que se acerca el día de las elecciones y se vea el riesgo para el futuro de la estabilidad democrática se estará dispuesto a pagar un precio muy precio muy alto por impedirlo, de un lado. Y del otro lado, no se ahorrarán ningún esfuerzo al ver cómo sus millonarias inversiones de  2 años se vayan al tacho y tengan que someterse al escrutinio público como perdedores. El hecho de que en el Perú las fuerzas progresistas unidas aliadas a las liberales nunca hayan perdido una campaña electoral podría cambiar este 17 de marzo, pero el costo será muy grande.







viernes, 8 de febrero de 2013

DESCIFRANDO LA ESTRATEGIA FAVRE

En los últimos días el NO ha dado un salto en Lima logrando recuperar la fuerza perdida tras los sucesos del río Rímac de los últimos días de diciembre. La primera impresión tras el 1° spot televisivo del NO y los paneles publicitarios a favor del NO en diversos puntos de Lima es que la estrategia seguida se planteó desde fines de noviembre. Y se está siguiendo una estrategia única y bien definida desde principios de diciembre cuando se convocaron a muchas figuras del mundo de la cultura, deporte, televisión y el arte. Figuras como Natalia Málaga, Gustavo Bueno, Mónica Sánchez, Amanda Portales, Susana Baca, etc., se convirtieron en los “Rostros y las Voces del NO”. Entonces el NO avanzó y logró que el SÍ bajará a los 55 puntos (aproximadamente) bien entrada la segunda mitad del mes de diciembre, entonces sucedió lo del río Rímac y los del NO tuvimos que soportar más una semana de “apanado” mediático.

 Las siguientes encuestas de enero volvieron a ubicar al SÍ alrededor del 60 %. Se necesitaba urgentemente relanzar la campaña, y el tiempo apremiaba. Conforme pasaban los días y se sucedieron dos hechos que relanzaron la campaña del NO: la convocatoria a los partidos reconocidamente democráticos (como una reacción a la entrada de Alan García y su partido a favor del SÍ), y el lanzamiento de la publicidad.

 Tirios y troyanos entonces señalaron que si a Susana la querían vacar era porque la gente la percibía como ineficiente entonces lo lógico era mostrar sus obras y explicar a la gente la importancia de éstas. Pero la lógica para qué? Más que entender la “lógica” de por qué Susana había llegado donde estaba lo que se necesitaba era precisamente lo contrario: salir de la “lógica” ésa. Seguir el camino de “hacer bien lo que se había hecho mal” era pelear en la cancha trazada por los revocadores, esto es, correr cuesta arriba. En la final de una campaña electoral esto puede ser fatal.

 Explicar un punto de vista diferente a lo que habíase instalado en el imaginario popular tras dos años de contracampaña de la DBA significaría ahogarse en palabras ante los gritos de la otra parte; además quien explica mucho en política es porque está a la defensiva (quien corre más en una partida de tenis es porque está en problemas) y evidentemente esto iba a llevar a un callejón sin salida. El progresismo francamente no ha aprendido para qué sirve el marketing. El marketing político no sirve necesariamente para promocionar un producto (como el marketing empresarial) o un candidato, sino sirve para abrir otra cancha en la que puedas pelear con más facilidad, para eso sirve, no es pues la panacea. Pero esa cancha tenía que ser una en la que podían encontrarse sinérgicamente con las voluntades de los que estamos por el NO y utilizarla a su favor. Eso fue lo que exactamente hizo Favre.

 Favre sabía que en un gran sector de la población que estaba con el NO anidaba una especie de potencial cruzada democrática que se iba a levantar cuando las circunstancias se diesen contra la mafia política que se la estaba llevando fácil (Marco Tulio, Alan García, Castañeda). Un gran sector de la ciudadanía sabe que si algo une a los promotores del SÍ es su ambición de ventajas particulares y no necesariamente el bienestar de Lima. Ese potencial a favor de Villarán dormía y corría el riesgo de no ser aprovechado adecuadamente. Entonces llega la publicidad, y la campaña por el NO de fortalece.

 Favre con su estrategia marketera ha logrado revitalizar la campaña por el NO, viralizar la propaganda a favor del NO en un tiempo record, hacerla una marca, y esto en una ciudad como Lima es avanzar significativamente. Hay quienes creen que la virilización del NO (con ingeniosos memes de los que ni Batman se ha salvado) es una banalización que no tendrá efectos en los sectores clave C y D, craso error. El C y el D no son islas sin contacto con las redes sociales. De hecho, los jóvenes de esos sectores son muy apegados de internet y de las redes sociales. Ya en el 2011 tuvimos el antecedente en la campaña de PPK, que empezó y se fortaleció en las redes sociales primeramente y desde allí tomó fuerza y ganó la capital en la 1° vuelta. Y tuvo una votación significativa entre los sectores C y D. En el 2011 se puso en evidencia que los sectores bajos no son inmunes a la virilización en el Internet de una opción electoral. Contra lo que decían los "analistas" políticos de la DBA (e inclusive los progresistas) Susana no necesitaba explicar sus obras.

Explicar a estas alturas sería ahogarse en palabras que los sectores C y D no iban a estar dispuestos a escuchar, menos ante los gritos de la otra parte. Además quien explica mucho en política es porque está a la defensiva, y un relanzamiento lo último que necesita es ponerse a la defensiva. Precisamente eso era lo que planteaba Martín Tanaka. Para Tanaka lo que tenía que hacer los del NO era “lanzar una oferta atractiva a los sectores más pobres de la ciudad antes que apelar a la moralidad”. Felizmente la gente del NO no hizo caso a Tanaka. Una campaña electoral es más compleja que la política que Tanaka analiza, pues tiene componentes de psicología de masas que los politicólogos no toman en cuenta en la forma adecuada. Para Tanaka los del NO tenían que dejar de lado el apelar a la moralidad ( o sea dejar de trazar la cancha entre honestos y corruptos).

Favre, que conoce al Perú no podía de darse el lujo de desaprovechar no utilizar el capital político de Susana Villarán (es lo que sugerían algunos “analistas”), sino empaquetarlo en una forma adecuada y capitalizarla. Favre sabe que en el Perú desde el 2000 hay un gran sector de la ciudadanía que tiene en cuenta el factor “corrupción”. De hecho en la 1° vuelta el slogan de Ollanta Humala era “La Honestidad para hacer la Diferencia” que dio pasó a “Honestidad es la Diferencia” en la 2° vuelta. Favre pues no iba a dejar de utilizar algo que ya lo había hecho ganar una candidatura en Perú y en Lima (que también ganó Ollanta) hace poco menos de dos años. Bien ingenua es la DBA, cree que con su propaganda va a atarantar a un estratega electoral experimentado.

 Y es que los publicistas saben que para ir a la caza de los votos de los pobres (C y D) tienes antes que ganarte la voluntad de un sector de la población no pobre, pero que influye, a veces decisivamente sobre los sectores populares. Y a ese sector no puedes llegar con esa oferta planteada por Tanaka. Favre ya lo hizo con el actual Presidente Ollanta Humala. Al cambiar de color de polo rojo por blanco en la campaña anterior el ahora Presidente Ollanta Humala no estaba apuntando a los sectores C y D, sino al B y una parte del C. Favre ha tenido el tino de empezar la campaña por donde se debe, por los sectores medios, y de allí ir a la caza del voto de las zonas populares.

 Siempre es más fácil oponerse a algo que afirmarlo, especialmente en campaña electoral. El anti es potente en una sociedad como la nuestra. Por eso los anti-Susana avanzaron mucho en una primera etapa. Todo lo que tenían que hacer era oponerse a Susana, y vaya que lo hicieron. Favre tuvo el mérito de entender y utilizar la potencialidad y fuerza que encierra en sí mismo el término “NO”.

 Desde comprender la potencialidad de la posición opositora a plasmarlo (cranear) y ponerlo en bandeja para que la gente lo haga suya no es nada sencillo. Favre lo hizo. Sus paneles parecen simples pero eso sólo para quienes ven el producto final. Por estos días el No prácticamente ha ahogado el “grito del Sí”, como decía Alfonso Baella. Y esto tendrá consecuencias inmediatas en las próximas encuestas. ¿Cuál será el siguiente paso de la “estrategia Favre”? Difícil saberlo, pero seguro que sigue la misma línea, con los personajes públicos en primera línea como viene siendo desde diciembre. Favre es ordenado y mantiene la disciplina de la campaña del principio al fin. Sabe que si quiere verse los réditos electorales no se puede dejar a medio camino una estrategia electoral como sucedió en la campaña del PPC y la izquierda más de una vez.

 En los últimos días, se puede sentir que el anti-Susana está disminuyendo en las calles, esto tiene que afirmarse para el rush final: puerta en puerta, de calle en calle y de plaza en plaza, a la caza de los votos de las zonas populares que suelen ser los más volubles, pues aunque los de la DBA digan lo contrario, las cifras de anteriores campañas están allí. Para revocar a Susana Villarán los revocadores tienen antes que vencer a la unión de las fuerzas democráticas, pues en la etapa final Susana no va a estar sola sino acompañada de un activo sector político que viene sosteniendo la democracia desde el 2000 y las fuerzas organizadas de la sociedad civil.

 El ciclo de esta campaña no puede cerrarse sin una cruzada democrática y en rechazo a los corruptos que quieren regresar. Imagino que esto lo sabe Favre desde el inicio. Y el énfasis en los acercamientos a los partidos democráticos como Somos Perú, el PPC, Acción Popular, Partido Humanista, etc., es parte de esto. Este brasileño sí sabe su negocio.

 Y si los del SÍ tienen su combi (El “Revocamovil”, que tal metida de pata!!), el comité del No tienen un Camión, el camión Favre. Pero la estrategia publicitaria y el conjunto del trabajo de Favre es solo una parte de la campaña, hay muchos más factores que intervienen. Y algunos de ellos no están a su alcance. Veremos cómo termina todo esto.