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domingo, 28 de noviembre de 2010

PPK EN CAMPAÑA


La anunciada candidatura de PPK tendría serios problemas para levantar vuelo. Para empezar el Perú no ha llevado a las ligas mayores de la política nacional a ningún blanco después de la desaparición del Estado oligárquico de 1968. Cuando Fernando Belaunde Terry (el último hombre blanco, maduro y católico, fue elegido Presidente del Perú en 1980 en realidad fue reelegido, pues ya había gobernado el Perú antes del gobierno de las FFAA con Velasco.

Ningún candidato blanco y percibido como de derechas fue encumbrado con los votos de los sectores populares después de la universalización del voto en el Perú. FBT no fue percibido por la ciudadanía peruana como un blanco de derecha, sino como un político moderado que tenía al APRA y a las izquierdas a su izquierda y a Luis Bedoya Reyes a su derecha. Diferente es el caso de PPK.

Ningún candidato blanco y percibido como de derechas ha sido elegido en el Perú después de las grandes migraciones de los habitantes de las áreas rurales a las ciudades, de la década de los 80, la formación de la Lima Moderna y la emergencia del cholo contemporáneo.

Ningún candidato ha ganado en el Perú en las últimas décadas que no tenga en su propio cuerpo (en su propia fisiología) el mensaje de inclusión (Fujimori, Toledo, Susana Villarán) o por lo menos que su imagen no confronte con lo inclusivo (Alan García, Castañeda, Andrade). PPK no tiene mensajes inclusivos relevantes en su fisiología o en su historial personal: no es mujer, ni cholo, ni progresista, etc., Un buen candidato es mensajero de un futuro mejor pero a la vez es, fisiológicamente, parte de ese mensaje. No es caso de PPK. En otras palabras, no puede jugar a la figura del Out siders.

Ningún Presidente en las últimas décadas ha sido elegido presentándose como invitado por un partido. Hasta Fujimori tenía su partido propio: Cambio 90. El que PPK sea invitado y/o apoyado por un grupo de partidos va contra la percepción de lo que peruanos ven como liderazgo presidenciable.


Ningún blanco y percibido como de derechas ha sido elegido Presidente del Perú teniendo al mismo tiempo la ciudadanía estadounidense como lo tiene actualmente PPK. De hecho, los EEUU son percibidos como uno de los agresores permanentes a la nacionalidad de casi todos los países de América Latina, incluyendo, claro está, a los peruanos.

Todas las campañas electorales han abierto una discusión entre la ciudadanía y esta discusión ha hecho girar los sentidos políticos ciudadanos, y con ello el espectro político-electoral hacia la centro-izquierda especialmente en los últimos tres meses dejando descolocados a los candidatos percibidos como de derechas o a los percibidos como radicales de izquierdas.

Ningún candidato peruano ha despertado la emoción de las amplias capas populares de la ciudadanía con 76 años de edad luego de la difusión de los efectos de las tecnologías de información, a pesar de que los avances de la medicina hace que una persona de 76 años hoy en día no sea percibida tan anciana como lo podría ser hace unos 20 años. Los efectos de la revolución informática y en general de la revolución tecnológica en América Latina hace difícil que no sólo en el Perú sino en toda América Latina un candidato ideal o que combine la experiencia y la juventud esté en el espectro de 45 a 65. PPK ha excedido largamente el límite superior de este cálculo.

Todas las campañas electorales modernas en el Perú han fortalecidos las candidaturas que representaban la oposición al establecimiento político. Lastimosamente para PPK hoy en día su candidatura es percibida como una del establecimiento. Si una virtud ha tenido el Presidente Toledo habría sido manejar ese tema contraponiéndose al actual gobierno aprista (lo cual no quiere decir que un próximo movimiento de los sentidos políticos ciudadanos lo siga ubicando en el bando anti-establecimiento).

Y por último, ningún candidato ha sido impulsado por su partido o coalición de partidos sino por la figura personalísima del candidato. En las últimas décadas no ha sido el partido ni los partidos los que han levantado al candidato hasta el triunfo sino al revés, ha sido el candidato el que jala a su partido. Y ojo, todos los candidatos que han ganado se han presentado como líderes de sus respectivos partidos, y no como candidato de una coalición.

PPK la tiene difícil...

Saludos
Edson Baldeón