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domingo, 29 de marzo de 2009

VICTOR ANDRÉS GARCÍA BELAUNDE, PRESIDENCIABLE


Con los rumores acerca de la posible postulación de ciertos candidatos que van desde el buen Gastón Acurio hasta el payaso de Donayre creo que se hace necesario justificar la posible pre candidatura del actual Presidente de AP: Víctor Andrés García Belaúnde.
Creo que una candidatura presidencial necesita ser justificada, ¿puede ser justificada una pre candidatura de Vitocho García Belaúnde por la fuerza misma de las cosas? Mi respuesta es sí.
En un pequeño escrito (La venganza de Gustavo Mohme Llona) afirmé que el correcto Congresista Johny Lescano representa el acciopopulismo, pero no representa el Belaundismo, y que García Belaunde representa el Belaundismo aunque apunte a los extramuros del partido o así embarque a nuestro partido en una alianza con La Chakana. Esta fue mi hipótesis central.
En un escrito posterior (¿Qué es el Belaundismo?) definí lo que entendía por Belaundismo. El Belaundismo como una propuesta transaccional para llegar al gobierno, que no sería patrimonio de Acción Popular, de tendencia centrista cuyo núcleo políticamente liberal se define por las reglas democráticas que defiende en contraposición a propuestas radicales o extremistas. Esta fue mi hipótesis central.
Este escrito (Víctor Andrés García Belaúnde, Presidenciable) no es sino la continuación de ideas que esbozara en los dos escritos anteriores. Mi hipótesis central es que la justificación de una candidatura de García Belaúnde pasa por una justificación de anteponer el Belaundismo al acciopopulismo. Y que ésta se justifica por la fuerza misma de las cosas.
Para entender la diferencia entre el Belaundismo y el acciopopulismo primero tenemos que entender que el acciopopulismo ha sido reducido a un slogan, a una marca, a un logo electoral. El acciopopulismo ha sido vaciado de contenido electoral e ideológico ante los ojos de la ciudadanía. Lo que ha quedado es una buena impresión por lo que fue. Por ello resulta tolerable para la ciudadanía. Y ese es el secreto de la fuerza del logo. En cambio el Belaundismo es algo vivo, una forma de resolver una situación crítica en un momento electoral decisivo. El Belaundismo como una técnica pre gubernamental –para llegar al poder- en un escenario concreto cuyo núcleo sería la salvaguarda de la democracia representativa frente a propuestas que lo amenazan seriamente. Es Voluntad. El Belaundismo es la expresión de una voluntad a favor de la democracia representativa. Y está más allá de Acción Popular y de cualquier otro partido.
García Belaúnde, según mi punto de vista, tendría un valor político para AP no tanto como acciopopulista sino como belaundista. Más exactamente: contiene el acciopopulismo, aparece como la persona depositaria de la marca, pero que también y sobre todo, posee potencialidades belaundistas más que cualquier otro militante de AP, y que las podría desplegar en el difícil pre 2011. Sin embargo, Vitocho García Belaúnde no podría ser el candidato belaundista en el 2011. Todo parece indicar que el candidato belaundista podría ser Alejandro Toledo. Pero si bien no sería el candidato belaundista, Vitocho podría llevar a AP hacia la candidatura belaundista. O sea hacia la candidatura posiblemente de Alejandro Toledo. Pero esto tiene riesgos ciertos.
Los riesgos vienen de varios lados. Si Alejandro Toledo tiene a Raúl Diez Canseco y su Pueblo Emprende y a Rafo Belaúnde y su Adelante, tendrá menos necesidad de Acción Popular. Una fuerza electoral es suficiente con la conjunción entre Perú Posible, el PPC, Solidaridad Nacional, Diez Canseco y de yapa Adelante. El riesgo para AP es que la fuerza que representa sea tan pequeña que más represente un gasto que algo ganancioso para esa fuerza electoral aliancista. El Presidente de AP tiene que aminorar estos riesgos.
La fuerza capitalina de SN y del PPC unida a Perú Posible y el liderazgo de Alejandro Toledo y de mantequilla los sobrinos de Belaúnde no parecería necesitar a AP más que para asentar los fines explícitos de una alianza: la defensa de la democracia. En principio AP merecería participar de esta alianza. Pero sólo en principio. Los recelos y las reparticiones nos pueden dejar de lado en las negociaciones, a pesar de los antecedentes.
El Presidente actual de AP tiene que evitar estos riesgos. Aminorarlos. Y por ello sería bueno que VAGB incluya al hijo y al sobrino de Belaúnde a AP y deje un partido unido y con más fuerza coalicional de cara al 2011. Sería bueno que intente esto, que deje una herencia que los jóvenes sabremos reconocer: un partido unido y en marcha. Sería la mejor forma de cerrar una Presidencia en AP que ha sido buena.
Cuando se negocia siempre es bueno que los que intervienen en dicha negociación sean personas cuyas personalidades mismas saquen ventaja. Y VAGB parece ser el mejor posicionado si se negocia con el toledismo, Lourdes y en general dentro de ese espacio político. JAO sería un buen negociador pero no creo que mejor que Vitocho, y Lescano sería él mismo un factor que no ayudaría o tal vez hasta dificultaría el proceso de negociación. Se trata de probabilidades. Con unos hay mayores probabilidades de mejor negociación que con otros. Con unos el partido estaría en mejores manos que con otros. Para un mejor posicionamiento le ha servido a Vitocho ser Presidente del partido.
Y digo que su Presidencia –la de VAGB- ha sido positiva para AP no tanto por el esfuerzo desplegado por VAGB, que en realidad casi no se ha notado el esfuerzo, sino porque un cargo como la Presidencia más que trabajo necesita un posicionamiento político desde el cual representar políticamente al partido en el más alto nivel. Es que un cargo como la Presidencia del partido es un cargo especial y no puede ser medido como si se tratara de un simple Secretario General. Es una cosa distinta, y tiene que ver con el incremento de la potencialidad política muy personal del Presidente. Y que este crecimiento y posicionamiento “arrastre” al partido en el escenario electoral. ¿Y quien puede decir que VAGB del 2001 es políticamente menos que el del 2009? ¿Y quien puede decir que el cargo de Presidente no lo ha utilizado para su crecimiento político personal? Y en todo caso la pregunta es ¿Podrá utilizarlo en beneficio del partido en el 2011?
Anteriormente he hablado que el cargo de Presidente del partido tiene que apuntar a la acumulación de poder político del mismo Presidente. Mi opinión es que esa es una función neta de la Presidencia, que tiene que ver directamente con la forma de hacer política en una sociedad mediática y que llamara la atención del italiano Sartori y la denominara “videopolítica”. De modo que cuando digo que la Presidencia tiene que ver con la acumulación de poder político del mismo Presidente no es que sea personalista. Sino que deriva de lo que veo y de lo que leo.
El partido tiene que saber estar a la escucha de la política allí donde nace y se hace. Y esto se hace por medio de personas de carne y hueso. Creo que tenemos en el actual Presidente de AP alguien que puede llevar al partido a ese lugar: en donde la política nace y se hace.
Respecto de otras candidaturas, me parece buena idea las candidaturas de los correligionarios Elías Mendoza como la del Congresista Lescano. Tienen los pergaminos suficientes para candidatear. Me sigue pareciendo la más sorprendente la candidatura de Elías Mendoza especialmente porque no ha desmentido eso que se comenta del Gral. Donayre. Se vería muy forzado el hecho que el Gral. Donayre corra con don Elías Mendoza. Aunque en el Perú del 2011 ya nada deba sorprendernos. En realidad el que me sorprenda más parece ser una manía mía que otra cosa sabiendo las volteretas que nos anteceden en la política nacional. De otro lado, la candidatura de Lescano no está teniendo el efecto multiplicador que esperaba el mismo congresista. Prueba de ello es que la militancia sigue hablando de otras candidaturas con cierta expectativa. El problema del Congresista es que su “sectorización” política no permite despegar su candidatura. Y en todo caso el alba disuelve los fantasmas. Si se concretara la pre candidatura de VAGB tal vez, digo, se convierta en el candidato único del partido. Y su candidatura por el partido estaría justificada, creo. Ahora su candidatura por el país ya merecería otro tipo de análisis.
Un saludo
Edson Baldeón

viernes, 13 de febrero de 2009

¿QUÉ ES EL BELAUNDISMO?

¿Qué es el belaundismo y cómo se manifiesta en el espectro político? El belaundismo puede ser definido como una propuesta sociopolítica peruana que, nacida del temor a los extremos, busca el equilibrio político entre las fuerzas en pugna. Por ello es circunstancial.
Belaunde se hizo Presidente del Perú gracias a los votos que no querían apostar al APRA. El temor al APRA, que para algunos representaba un salto al vacío, ayudó a que muchos ciudadanos peruanos apostaran por esa propuesta sociopolítica buscara un refugio ante el miedo de entrar a un lugar que consideraban potencialmente violento. Esto en la década de los 50.
El belaundismo más que una corriente político-ideológica, podría tratarse de un espacio de transacción política concretada por una propuesta electoral. Un espacio de transacción que naciera en el país tras la imposibilidad de excluir al partido aprista del establishment. El belaundismo hizo posible que la oligarquía se retirara del mando del país sin ser derrotada del todo. La oligarquía peruana dejó el fajín presidencial pero continuó con el botín en sus manos. Esto fue lo que quiso Velasco remediar, y lo intentó con relativo éxito. Pero este es otro tema. Sigamos con el belaundismo.
El belaundismo representa, por tanto, un paso adelante en el proceso democratizador de nuestra sociedad. Al inicio, allá por los 50, con su sola presencia arrebata al APRA parte de su electorado, lo arrebata de las calles, lo debilita, y como irónica consecuencia para el partido de la estrella, lo hacía a ésta más aceptable al establecimiento político de aquel entonces. Por eso el espacio del belaundismo representa un espacio de transacción y un avance democratizador en el Perú.
Desde este punto de vista, el belaundismo no puede contenerse en un partido político, sino que “vaga” por decirlo así de un partido a otro, y según las circunstancias y los tiempos políticos. En los 80 el belaundismo peruano estuvo contenido en Acción Popular. En los 90 desapareció del mapa político principal y fue prácticamente arrinconado. En el 2000 reaparecería en Perú Posible y a partir del 2006 el belaundismo estaría contenido en el Partido Aprista Peruano.
¿Qué es entonces el belaundismo? Un espacio de transacción política entre dos polos que conceptualmente se niegan a negociar. Cuando se presenta un juego de suma cero aparece el belaundismo para transformar este punto crítico en un juego de suma positivo entre los actores políticos en pugna electoral. Por eso el lema “Adelante” es preciso durante la aparición del belaundismo en el Perú. Y por eso también su necesidad histórica.
Según este punto de vista, y ya como consecuencia de este planteamiento, sería el APRA y no Acción Popular quien ocupara el espacio de transacción en el país actualmente y por lo tanto sería lo más cercano al belaundismo en el Perú hoy por hoy. Cuando el país se vio durante el proceso electoral del 2006 envuelto en una pugna entre la derechista Unidad Nacional y el izquierdista humalismo se decidió por una transacción electoral. Y es que el belaundismo no siempre sería una transacción concertada. Se trataría más bien de una salida política marcha forzada frente a una situación que aparece como peligrosa. Por eso la simbología de “el Huayco” es justo lo que puede aparecer como una característica del belaundismo “neto”. Así, en una lectura más atenta, no sería el APRA la que contendría el “belaundismo” actualmente, sino que la llegada al poder del APRA por segunda vez fue producto de una transacción entre sectores que previamente estaban distanciados. En este sentido el origen de este segundo gobierno aprista es belaundista. El partido aprista ha llegado a este nivel político sólo a través de muchas décadas de aprendizaje. Ahora los líderes apristas reconocen el valor del belaundismo en las figuras de Fernando Belaunde y Valentín Paniagua. En los 80 esto no sería posible.
Otra característica del belaundismo en el Perú es que es moderador. Y es moderador a pesar de que en determinadas circunstancias es “callejero”. Es moderador porque unifica criterios en el único punto en que es posible: las reglas de juego democrático. Pero a veces tiene manifestaciones callejeras especialmente cuando se enfrenta a una dictadura. El belaundismo siempre tiene como referente a las fuerzas antidemocráticas, ya sea porque luche contra ellas, ya sea porque se siente amenazada por la anti-democracia. De allí su corazón liberal en el terreno político. Cuando el tema central en la escena electoral se convierte en una pugna democracia-dictadura entonces esta pugna es resuelta según la fórmula belaundista: la transacción por la defensa de la democracia.
Con Fernando Belaunde por primera vez en la historia del Perú se aglutina una parte de la izquierda democrática, una parte del centro y una parte de la derecha democrática en un punto común: la democracia, o sea la negociación política para la inclusión. Incluir para resolver la amenaza autoritaria. De allí su centrismo. Por eso el belaundismo siempre es políticamente liberal. Aunque muchas veces se traiciona los términos de la transacción. Pero este liberalismo aunque siempre político no siempre es económico.
Antes que nada, el belaundismo es un fenómeno político. De transacción política. Y es dable la existencia de un belaundismo de izquierda, un belaundismo de centro o un belaundismo de derechas. La dirección económica puede variar, según varíen las correlaciones de fuerzas internas en la sociedad peruana, o en el contexto internacional. Pero siempre el belaundismo será políticamente liberal. Eso lo define: liberal e inclusivo. Por ello su tendencia centrista. Y es que se puede ser un gobierno inclusivo desde la derecha o desde la izquierda si se es políticamente liberal. Por ello, el belaundismo puede venir de cualquier dirección pero su tendencia es centrista. El hecho que la tendencia del belaundismo sea siempre centrista no es equivalente a decir que sea siempre centrista. Eso depende. Por eso algunos que reclaman en el interior de Acción Popular por posturas económicas no han entendido el verdadero significado del belaundismo en el Perú.
Algo más, y ya como consecuencia de mi planteamiento, se puede establecer el fin del belaundismo en el Perú. Vendrá el final del belaundismo cuando los extremos no puedan por cuenta propia amenazar la democracia peruana. Y esta circunstancia es relativa. Hoy la democracia en el país está amenazada por una propuesta radical que inspira temor en amplias capas de la sociedad peruana. Y esta propuesta –la humalista- garantiza de alguna manera la vigencia del “belaundismo” en el Perú de hoy. Sin embargo, se hacen necesarias dos condiciones para bosquejar el triunfo de la democracia peruana: un fracaso electoral de la propuesta humalista en el 2011 y un fortalecimiento del modelo económico nacional. Nada garantizaría que siquiera una de estas condiciones pueda darse: la crisis financiera -y ahora ya económica- y los datos de las encuestas de cara al 2011 más bien apuntan a la debilidad de la democracia en el país.
El Belaundismo, pues, cambiaría de rostro según el contexto electoral. Ayer nació contrapuesto al APRA, hoy contiene a la cúpula gobernante de este mismo partido. Y es que el belaundismo no es una propuesta de gobierno, es más bien una propuesta para llegar al gobierno. Su espacio es el centro ampliado, y este centro es siempre relativo y contextual. Por ello hablo de “tendencia centrista”. El belaundismo, además, tiene un inicio y un final: se inicia cuando el sistema político se abre al APRA y se acabará cuando triunfe la democracia. Y como espacio de transacción circunstancial podría también “dormir”. Esto pasó en los 90 y esto puede volver a ocurrir a partir del 2011. En oras palabras, el belaundismo tiene que ver con el nacimiento o el fin de la democracia en el Perú.
Por lo dicho, el belaundismo es una orientación política digna de defenderse. Los acciopopulistas deben conocer el significado del belaundismo, su propuesta política, su relatividad, y su fuerza contextual. Sólo conociendo la historia del Perú es como vamos a tener más claro la circularidad, y la repetitividad de los acontecimientos. La historia se repite, por lo que para contribuir a su progreso no sólo hay que conocerla, sino que hay que interpretarla, dándole sentido. Y esta repetición es la mayor garantía de la vigencia del belaundismo en el Perú.
Un saludo
Edson Baldeón
PD: no voy a bajar a responder a los insultos, los adjetivos y la piconería de mis críticos. Me considero belaundista y por eso estoy obligado a tolerarlos. Otro saludo.