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lunes, 28 de junio de 2010

EL FIN DEL ILUMINISMO EN EL PERÚ Y LA VICTORIA DE LA DEMOCRACIA REPRESENTATIVA


Sendero Luminoso ha sido traído de vuelta al escenario político como parte de un psicosocial para fortalecer la candidatura de Keiko Fujimori, a decir de Julio Cotler. Según los entendidos, entre ellos el vice Ministro de Orden Interno y gestor de la captura de Abimael Guzmán, Marco Miyashiro, el ex Ministro del Interior, Fernando Rospigliosi, el mismo Cotler, etc.

En mi opinión, Sendero Luminoso ha sido derrotado en el plano militar, político e ideológico, y seguirá la misma ruta que siguió el APRA de mitad del siglo XX y los izquierdistas de fines del siglo pasado: renunciará para siempre a la revolución y modificará su concepción de sociedad justa. De hecho, ya renunció a la fuerza para tomar el poder, lo cual lo obliga a definir su concepto de Revolución, lo cual le obliga a su vez a definir su concepción de sociedad justa. Lo del VRAE parece ser más bien grupos al servicio del narcotráfico y que ciertos sectores políticos no liquidarían porque les ayuda a mantener elevado el presupuesto para algunos jerarcas de las FFAA.

Sendero Luminoso parece ser el último resto del iluminismo en el Perú y de las consecuencias de la Revolución Francesa en América en el plano político-militar. Se dice que las ideas iluministas del progreso y la modernidad ingresaron al Perú a través de Argentina y Uruguay (anarquismo) a fines del siglo XIX y principios del siglo XX. El hecho es que décadas después con la introducción de la “economía de los enclaves” empieza a gestarse en el Perú la formación de grupos de obreros. A medida que el marxismo se introducía en el Perú se formaban las primeras organizaciones clasistas en el país. Como en toda institución generada a partir de ideas siempre se genera debates acerca de la dirección y el futuro de estas organizaciones. Haya De la Torre y José Carlos Mariátegui protagonizaron entonces un debate que ha tenido consecuencias hasta nuestros días.

Ambos estaban de acuerdo en que el socialismo era una necesidad para el país. Lo que los diferenciaba era la manera de llegar al poder, de hacer la Revolución e implementar el socialismo en el Perú. Mariategui postulaba que se tenía que formar un partido partido revolucionario de corte marxista al mando de clase obrera, mientras que Haya De la Toprre creía que la clase obrera en ese entonces era muy débil y postulaba un partido multiclasista, de allí su famosa alianza de obreros e intelectuales y dejaba el mando de la organización a las clases medias del cual él personalmente era representante.

Sendero Luminoso es la continuación de esos primeros iluministas que creían en el socialismo. Finalmente Haya De la Torre se abre paso y funda el APRA tras el debate con Mariátegui, pero se asume “marxista puro” y postula su “espacio tiempo-histórico”, que en realidad era su justificación para no tomar las armas e implantar el socialismo. Haya De la Torre creía en la necesidad de fundar una organización equivalente al Partido Comunista Ruso, pero adaptada a la realidad peruana donde escaseaba la burguesía. Por ello el “espacio tiempo histórico de Haya De la Torre está ineludiblemente vinculado a la forma como Haya de la Torre creía podría implementarse el socialismo en el Perú.

Luego de que este primer núcleo iluminista- socialista peruano se dividió siguió una serie de divisiones hasta llegar a Sendero Luminoso. La primera gran división fue la de Haya y el APRA. Luego siguieron otras hasta llegar a Bandera Roja, y luego Sendero Luminoso. Pero todos nacen de un mismo tronco común. El APRA recién decide ingresar a la democracia representativa en los 50-60 y nunca decididamente. Recién en los 80 es cuando se puede observar que el APRA había renunciando a la violencia como método para el acceso al poder, tras los cambios en la Unión Soviética de fines de los 70.

Por esa misma época le seguiría la izquierda peruana aglutinada en la IU. La izquierda peruana al igual que el APRA también se da cuenta que era difícil la revolución e incluso el socialismo tras la catástrofe soviética y el giro de China.

Sendero Luminoso fue el último vestigio del iluminismo socialista en el Perú: el primer giro lo dio el APRA, tras un largo y aleccionador proceso de renuncia al método revolucionario y al socialismo mismo. Luego, en los 70 la izquierda Unida que sólo renunció a la Revolución, no al socialismo. La izquierda peruana recién está en proceso de renuncia al socialismo, proceso que debe durar algunos años más. En 1993 Sendero Luminoso renunció a la revolución, por lo menos por el momento, no al socialismo. A la izquierda (IU) le puede pasar lo mismo que al APRA y a la izquierda: su renuncia a la revolución es el paso primero para una renuncia al socialismo y su concepción de sociedad justa. Sendero Luminoso es un caso diferente, no tendría sentido para ellos una renuncia al socialismo, por lo menos no mientras Abimael Guzmán siga preso. Lo que sí se puede esperar es que modifiquen su concepción de sociedad justa, como lo hizo el APRA y como actualmente lo está haciendo la izquierda ahora democrática-representativa.

Con la entrada de Sendero Luminoso en la democracia representativa se termina una época para el Perú: el final del iluminismo socialista. Por primera vez se puede decir que estamos a ad portas del Estado Nación peruano y la democracia representativa, donde todos sus enemigos han sido derrotados, no sólo en el plano militar, sino también en el plano ideológico y político. Uno no puede saber lo que vaya a pasar en el futuro, pero hay indicios de que una vez terminada la influencia del iluminismo socialista en el Perú empieza para nuestro país la construcción de su primer Estado-para la nación peruana, el robustecimiento de la sociedad civil y el inicio de la modernidad plena en el país.

Tanto el Apra, como la izquierda democrática y como Sendero Luminoso nacen de un tronco común: el iluminismo socialista en el Perú. A fines del siglo pasado esto acabó. Lo que hoy "renace" es publicidad para la candidatura del fujimorismo. EL TERRORISMO ACABÓ CON LA CAPITULACIÓN DEL ABIMAEL GUZMÁN.Lo que queda es terminar CON LOS QUE VIVEN DEL TERRORISMO. esa es una tarea de los partidos pero sobre todo de la sociedad civil.

El ruido por una marcha de pro senderistas, la incautación de material subversivo en el penal Santa Mónica, etc, parecen ser más parte de un plan psicosocial de algunos sectores interesados en levantar la candidatura de Keiko Fujimori, y por lo tanto no tiene ninguna relevancia en la marcha de la nación. Tampoco lo que viene de la revisión de los supuestos USB incautados a Maritza Garrido Lecca: su acercamiento a Ollanta Humala, la reactivación de bases senderistas, su alianza ( la de SL) con las FARC y Patria Roja, conversaciones con dirigentes nacionalistas e izquierdistas como el Padre Arana, etc. Ya sabemos todo lo que puede traer unos USB en manos de Montesinos que últimamente fungiría de asesor del gobierno aprista.

La derrota del terrorismo en el Perú por acción de las FFAA y de la sociedad peruana debe ser continuada con la derrota DE LOS QUE VIVEN DEL TERRORISMO. Y esa es una tarea pendiente de la ciudadanía y la Sociedad Civil organizada. Cuando terminemos con los que viven del terrorismo recien podremos decir que nos hemos liberado del terrorismo y sus aliados. Urge una ley que castigue tanto la apología de la violencia como a los que arman psicosociales para levantar el terrorismo en los medios de comunicación social para levantar alguna cancidatura (como en este caso se hace para favorecer a Keiko Fujimori). Ambos males tienen consecuencias similares y la pena debe ser la misma. El Estado tiene todo el derecho de defenderse de sus enemigos.

Saludos cordiales,

Edson Baldeón

jueves, 17 de junio de 2010

Descifrando el voto "humalista"



Con un par de amigos, que también han estudiado sociología, hemos visitado tres Asentamientos humanos de Vitarte, Villa El Salvador y Comas. En realidad uno de nuestros yuntas (amigos de universidad) está haciendo su tesis de maestría sobre el imaginario popular frente a la propuesta de Ollanta. Y nos pidió apoyo.

Con cierta sorpresa encontramos, entre otras cosas, que no sólo se percibía odio, resentimiento, sed de venganza, y en general, "mala vibra" entre los votantes de Ollanta sino que también encontramos algo que los analistas no lo están viendo, o si lo están viendo no lo dicen, o si lo dicen los medios no lo difunden. Efectivamente, mezclado a la rabia contra un sistema político, y contra una “clase política” encontramos deseos positivos, esperanza contenida, y una ilusión escondida por el proyecto de Humala.

La gente que vota por Humala nos expresó un deseo oculto que nada tiene que ver con la destrucción y el odio, sino con la esperanza de que su situación de miseria se revierta, y que se abran mejores tiempos también para ellos.

A mí me parece natural y saludable que la gente marginada sienta odio contra la política y los políticos. Porque lo contrario es insano. Es enfermizo que la gente que ha sido marginada y excluida defienda el sistema que lo ha postrado. Lo saludable es que la gente marginada rechace el sistema que lo margina. Yo no creo que sea criticable la actitud de la gente en este sentido. Al contrario, me parece normal y por eso saludable.

Sonrío cuando algunos despotrican de la gente “ignorante”, “irreflexiva”, etc. ¿Qué quieren, que los marginados defiendan el sistema que los margina? ¿Qué quieren, qué los medios de comunicación que nos transmitan programas discutibles y violencia a granel luego le piden y hasta le exigen a la gente que dé un voto “reflexivo”, “inteligente”, etc.? Discúlpenme pero eso es mucho pedir. La derecha nunca ha entendido a la gente humilde, por eso la gente aborrece a la derecha y la derecha desprecia a la gente humilde. La derecha es necesaria para el progreso de un país, pero la que tenemos es una derecha egoísta, racista e incompetente para comprender a la gente. Debieran aprender un poco de la derecha chilena o la española.

Les decía que la gente expresa en el voto por Humala- no sólo resentimiento y venganza sino también- una esperanza por el cambio que los beneficie, ve una esperanza porque ocurra una especie de cambio que lo saque de la miseria en la que están postrados. Hay en el voto a Humala un deseo escondido por un futuro mejor, diferente a lo que hoy tienen. Esto que vimos en estos días de trabajo de campo me sorprendió mucho no por lo que vimos sino por las consecuencias que esto podría tener.

Ahora recién pude comprender el voto duro a la candidatura del ex militar. Recién pude comprender por qué a pesar de que lo acusan de asesino (por las acusaciones de Madre Mía) de cínico (por cobrar rico en el sistema a la vez que despotrica de él), de no ser preparado (según algunos), de ser parte de un proyecto familiar casi rayano en la locura, etc., lo acusan de todo, pero la gente sigue aferrada a Ollanta Humala. Ayer comprendí que la gente marginada no sólo expresa rabia en su voto sino también esperanza. Una esperanza oculta. Ahora, que esa esperanza se vuelva realidad o sea traicionada eso ya es otra cosa. La gente no tiene una bolita mágica para saber si sus deseos se van a cumplir, lo que si saben es que con los otros candidatos tendrán más de lo mismo. Sea verdad o no, esto último sería la sensación en el sector humalista de la gente.

Esa es entonces o parece ser lo que vincula al ex militar con las clases desposeídas: resentimientos y cólera a la vez que ilusión y esperanza. Eso también quizá pasó con el fenómeno Fujimori en 1990, yo era muy menor en ese tiempo y la verdad no me consta, pero puedo presumir que así fue. Por eso el análisis de Rafael Rey, y los consejos que le da a Lourdes, para capitalizar la cólera contra el gobierno de Toledo, me parece una buena idea, sólo que él restringe la rabia al gobierno de Toledo, mientras que Humala al sistema completo, cuestión de estrategia que parte de su posicionamiento político y de su ubicación política en el espectro ideológico. Rey no es ningún caído del palto.

Corresponde "medir" la intensidad de esta cólera y esta esperanza, los factores que lo alimentan, etc., para que los detractores de Humala puedan contrarrestarlo. Exactamente lo mismo debieran hacer los humalistas para avanzar.

Sigo con la gente que visitamos, también comprobé un fenómeno asombroso y que tiene que ver con la debilidad e impotencia de la izquierda de hoy: la gente ha sufrido una especie de castración para problematizar su miseria. Y a esta cosa extraña yo lo vinculo directamente con la hegemonía cultural del neoliberalismo. El discurso neoliberal no permite que la gente hable directa y abiertamente sobre su condición de pobre, marginado o excluido. El discurso neoliberal que se ha hegemonizado culturalmente hace avergonzar a la gente de hablar sobre su pobreza y exclusión. Y esta vergüenza hace que funcione como una especie de “auto-mordaza”. Un discurso que premia a las personas “exitosas” y castiga con la humillación a los “perdedores” y que dirige su mensaje por los grandes medios de comunicación como la TV y la prensa escrita hace que la gente humilde haya creído como cierto el discurso neoliberal. Y por eso a los pobres les es difícil hablar, entre ellos, mismo acerca de su desgraciada condición socioeconómica. Porque hacerlo sería aceptar que son perdedores y eso es insultante en un contexto de cultura neoliberal como la que actualmente hegemoniza nuestra sociedad. Las quejas son disueltas por los medios “en el aire” y no permite que se convierta en parte de la agenda política. En ese contexto es que a los desempleados que les ponen a vender cualquier cosa lo “nombran” “gerente de Ventas” y otras huachaferías por el estilo. Esta situación traba la comunicación en la sociedad peruana. La gente no se comunica, no comunica sus sensaciones pues los medios de comunicación les han dicho que eso es de perdedores. Y a este fenómeno lo vinculo con la debilidad e impotencia de la izquierda de hoy.

El discurso izquierdista no puede calar en la gente mientras la hegemonía neoliberal domine la escena. Ahora comprendo lo que me parecía irracional. Antes me preguntaba cómo es que la gente pobre no le dé bola a la izquierda aún sabiendo que la izquierda supuestamente defiende sus intereses.

Pero, a pesar de que le gente ve irracional o ha sido impelida a observar como irracional el discurso de izquierda, al mismo tiempo tiene la capacidad de rechazar el neoliberalismo “irracionalmente”. La gente pobre cree en Humala porque es mejor creer a no creer que su situación pueda cambiar. Porque –piensan- si Humala gana, tal vez mi situación mejore, aunque sea existe esta la posibilidad. Peor es nada. Sin Humala esa posibilidad no existe o es mucho menor. Parece ser que nuestro cerebro está adaptado para pensar irracionalidades dentro de una racionalidad más grande, o al revés. Y algo, creo, tiene que ver la religión en esta forma de pensar tan elástica. Pero eso es otro asunto.

Es un acierto el de Humala no haber recurrido a enfatizar en su discurso la pobreza sino apuntar al enojo de la gente. No enfatizar en la pobreza sino en la desigualdad. No es que se olvide de la pobreza sino que el énfasis está en otro lugar: en la venganza. Esto me hace sospechar que hay gente atrás que lo asesora muy sociológicamente.

Lo que llaman “voto emocional” parece ser en realidad un eufemismo. Los pobres han tenido que adaptarse a los tiempos y a transformar el discurso de izquierda en un discurso de protesta al verse impelidos de hablar de sus miserias en un contexto de hegemonia neoliberal. Y a eso los analistas llaman “voto emocional”. Yo discrepo con esa terminología. Pues al llamarlo “voto emocional” lo que hacen es desvalorar el voto de los marginados, es ubicar el voto de los marginados fuera de los linderos de la racionalidad. La “emoción” es diferente a la “razón”, y los analistas como consideran no rracionales a los que votan por el ex militar llaman a sus votos “votos emocionales” encubriendo así lo que en realidad quieren decir: “votos irracionales”. Esto también es una muestra del desprecio encubierto que algunos analistas tienen para con la gente marginada.

Sociológicamente no es bueno llamar “voto emocional” a los que votan en forma de protesta. Creo que un sociólogo debe buscar la racionalidad del voto y para eso tiene que rechazar ese término. Hay que buscar la racionalidad del voto por Humala. Así sabrán cómo combatirlo y los humalistas sabrán cómo avanzar y solidificar sus votos. Todos ganan, pero si llamamos “voto emocional” todos pierden, pues se trabaja a ciegas.
Saludos cordiales
Edson Baldeón
@Todos los derechos reservados

miércoles, 16 de junio de 2010

El liderazgo político como promesa y como farsa: ¿Por qué la política es antropomórfica?



¿Por qué la política es antropomórfica? Es la pregunta que trató de responder en este post. He tratado de resumir las causales para la antropomorfización de la política en 4 factores.

1º Identificación de las acciones del político con virtudes (o vicios) con el político mismo. La política es deliberación, decisión y acción. El político delibera, decide y hace y en ese deliberar, decidir y hacer transmite valores que pueden ser sopesado por la militancia de su partido o por la ciudadanía. Por ejemplo, hace unas semanas el congresista de Acción Popular Víctor Andrés García Belaunde tildó de “indignos” a los congresistas apristas por obstaculizar la elección de los miembros del Tribunal Constitucional. El presidente de Congreso pidió el retiro de esas palabras. García Belaunde no las retiró y se reafirmó en ello. Una parte de la ciudadanía respalda lo dicho por el congresista de Acción Popular, y el congresista avanza en su pretensión de ser el próximo Presidente del Congreso de la República. Las acciones de los políticos transmiten valores. Lo que hace, lo que dice es lo que es el político para los ciudadanos. Si lo que hace o dice el político transmite sinceridad, oportunismo o cinismo eso es parte de la subjetividad de la ciudadanía.

Los valores de un buen político o de un político ideal forma parte de la cultura política de la sociedad en cuestión, y son percibidos en las acciones y decisiones de los políticos. Si un político hace cosas que son percibidas como inteligentes, audaces u honestos entonces el político será asociado a estas virtudes, y tendremos un político percibido como inteligente, audaz y honesto. Este es uno de los factores de la antropomorfización de la política: la identificación de las acciones del político con virtudes (o vicios) con el político mismo.

2º La política como búsqueda del bien común. El segundo factor para la antropomorfización de la política tendría que ver con la política como una forma de esforzarse por la consecución del bien común. El gobierno está relacionado a la búsqueda del bien común de la sociedad y para alcanzar este bien común se hace necesario que los políticos estén relacionados a los valores que hacen posible el buen gobierno: el valor, la inteligencia, la honestidad, la frugalidad, el trabajo, el don de mando, el carisma, la sencillez, el donde la palabra, la audacia, la gallardía, etc. Son estos valores percibidos como positivos pues hacen posible la preservación de la vida, de las libertades, de la equidad, la justicia.

El racionamiento implícito es el siguiente: una persona justa hará cosas justas, un hombre honesto hará cosas honestas, una mujer inteligente hará cosas inteligentes, etc. Y todos estas virtudes son buenas para un buen gobierno.

3º liderazgo político en un contexto de incertidumbre. El liderazgo político significa capacidad de una persona de ser depositario de la confianza política de un sector de la población. Su indicador neto es su intención de voto para el máximo cargo en su jurisdicción.

Sucede que en los países como el Perú los políticos se postulan a cargos públicos por intermedio de partidos. Son los partidos quienes postulan candidatos. Los políticos por sí solos no pueden postularse si no es presentado y avalado por un partido.

Pero la complejidad de las situaciones que se presentan generan una incertidumbre permanente y se hace necesario muchas decisiones que no pueden ser acordadas por los partidos de los políticos. Son los políticos mismos los que tienen que decidir una vez en el gobierno, no los partidos. Esto hace necesario que sea el político el que garantice las virtudes que el buen gobierno necesite incluyendo el que no sea maniatado por un ente burocrático como los partidos.

4º Liderazgo como promesa y liderazgo como farsa. Un liderazgo siempre es una promesa. Una promesa futura de incentivos en quienes lo sustentan. Y una promesa siempre está referida al futuro. Por eso un líder tiene que tener cualidades personales que hagan creíble lo que implícitamente promete. Todos los que se aúnan a un líder esperan la materialización de esa promesa, y esa promesa es mejor si puede ser expresada, resaltada públicamente, desarrollada con la contribución de muchos, y haya un contexto y recursos (de todo tipo) suficientes para materializar tal promesa.

Un liderazgo real expande sus metas personales a metas partidarias e incluso a metas nacionales cuando el proyecto personal se confunde con necesidades del partido y del país, sinergéticamente. A esa escala puede atraer personas que apuesten por ese liderazgo. Y esas personas son la fuerza que necesita ese liderazgo para las actividades propias de la construcción de un proyecto. Inteligencia, sabiduría, fuerza, virilidad, audacia, carisma, expresividad… y un don propio de los favorecidos por Dios, hacen posible los liderazgos fuertes. Todo liderazgo, empero, siempre es el desarrollo de una promesa y de una farsa. Una promesa y una farsa combinadas inteligentemente, hilvanadas como filigrana en un contexto concreto del cual se alimenta.
El liderazgo es una farsa en tanto la persona situada en un contexto determinado por fuerza está influida por una serie de razones, motivos, circunstancias, y éstos siempre son contradictorias en una sociedad compleja como la actual. Y sin embargo, el político está obligado a guardar una suficiente coherencia política que garantice su accionar en el gobierno. Pero sucede que las contradicciones sociales son también expresadas en contradicciones personales, de opinión, de posición del político. Y salvo algunas grandes ideas el político tiene espacio suficiente para acomodarse a la opinión de la gente ya sea como candidato ya sea como gobierno. En realidad una persona con ideas fijas o totalmente coherentes es un mito. Cuando alguien dice “yo digo lo que pienso” no dice verdad, pues lo que piensa no sólo siempre será mucho más de lo que diga sino que no siempre serán coherentes unos pensamientos respecto de otros. En realidad la complejidad de la vida social se refleja en contradicciones casi en todo los temas debatibles. Salvo algunos dogmas, todo lo demás tiene espacio para la heterodoxia, la teatralización y la utilización del lenguaje. Una persona que “dice lo que piensa” es un mito.
Y sin embargo el político tiene que guardar coherencia, algo muy pero muy difícil y no se necesita hacer mucha memoria para encontrar contradicciones en los políticos más virtuosos de la política nacional. Entre los de antes y los de ahora. No sólo la honestidad sino una buena memoria y una inteligencia aguileña pueden, con esfuerzo, hacer aparecer a un político como coherente. Por eso es que un liderazgo político siempre será una promesa y a la vez una farsa.
Saludos
Edson Baldeón
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sábado, 5 de junio de 2010

Sobre los out siders

Sobre los out siders

En el anterior articulo decía que no es el hecho mismo de que un candidato sea out siders, sino algunos rasgos out siders y la postura de out siders que asume el candidato en el Perú de hoy lo que lo acerca a la gente. Para continuar estableceré las diferencias, definiendo lo que creo es un out siders, rasgos out siders y postura out siders.

Un out siders en estricto es un liderazgo político que se forma por fuera y contra el sistema político.

Rasgos out siders serían las características personales del candidato con los cuales se identifican los que se siente marginados y/o excluidos del sistema político, básicamente su condición racial, social o de género.

Por “postura out sider” entiendo básicamente la actitud del candidato por aparecer a los ojos del electorado como diferente de los liderazgos del establecimiento.

Eso respecto de las diferencias. En lo que atañe a lo que comparten, a lo común entre las tres definiciones es que son percibidos por el electorado como factores inclusivos.

Un out siders para serlo tiene que necesariamente tener un discurso inclusivo aparte de forjarse por fuera y contra el sistema político. ¿Por qué? Porque no todos los que vienen de fuera del sistema lo considero out siders sino sólo los candidatos exitosos, es decir aquellos que viniendo de fuera logran introducirse dentro del sistema político, es decir logren buenos resultados electorales. En este sentido el out siders solo está referido a la forma cómo ingresa un liderazgo al sistema político. Y para ingresar o se tiene que ganar una elección presidencial o lograr una bancada considerable (con la cual hipotéticamente pueda articular una oposición al gobierno). Por lo mismo, Humberto Lay no sería un out siders al no haber logrado ninguna de las dos condiciones. En cambio, Ollanta Humala sí puede considerársele como un out siders, por lo menos durante la campaña del 2006 y tras los resultados obtenidos en el 2006. Pero como esta categoría se refiere sólo a la forma de ingresar al sistema político no dice nada respecto de su evaluación como político tras las elecciones de ese año.

Como un out siders viene de fuera del sistema tiene un mensaje político para los electores que se sienten marginados o excluidos por el sistema. Por eso su mensaje es inclusivo. Ahora, cuando una determinada sociedad tiene un sistema político que es una verdadera fábrica de out siders como el Perú significa que el proceso político no parece resolver los problemas estructurales de nuestra sociedad. O por lo menos no para una mayoría relativa de ciudadanos por lo que éstos crean que para mejorar el estado de cosas sería útil cambiar la política y/o los políticos. Frente a esta situación los políticos del sistema no se quedan con los brazos cruzados, sino que implementan estrategias electorales que los desmarquen del establecimiento del que son parte, elaboran un discurso contra el sistema político-económico (¿se acuerdan de la promesa de Alan García acerca de que iba bajar los costos de luz, agua, teléfono, etc y de la eliminación de los services??) e incluso toman una apariencia física exterior con lo que intentan acercarse a los electores (lo que incluye a una Lourdes Flores vestiendo folklóricamente, comiendo polladas y bailando cumbia, etc.). A esto es lo que llamo “postura out siders”. Pues no se trata de un out siders sino de una estrategia electoral cuyo puntal es el alejamiento del establecimiento excluyente (por lo menos hasta que concluyan las elecciones) apelando a lo simbólico-excluido. La pregunta que estos políticos tratan de responder es ¿Cómo nos acercamos a los electores y ganamos sus votos en un contexto en que la mayoría se siente marginada?

Pero al margen de la estrategia electoral hay factores que siendo parte de la apariencia física (fisiológica) del candidato pueden ser potenciados electoralmente. Aquí tenemos los rasgos raciales, el género, los antecedentes socioeconómicos del candidato, etc. Todo lo que sirva para acercarse a los marginados, todo lo que contribuya con un mensaje inclusivo es bueno. Copió lo escrito anteriormente: “Los rasgos raciales también pueden funcionar como una manera de inclusión como en el caso de la mujer, pues no se trata sólo del color de la piel, sino de una sensibilidad diferente que se ha obtenido por la sedimentación de la discriminación de lo que se es. Básicamente ser racialmente distinto al blanco significa que se ha sido víctima del poder, y que por lo tanto se estaría en predisposición de ayudar al débil. Esa es la suposición implícita y de aquí nace la promesa, y es una bonita promesa de inclusión”. Los rasgos out sider lo relaciono básicamente a las características fisiológicas de lo candidatos que vienen hacer como el mensaje de inclusión.El mensajero es el mensaje (percibido). Lo cual no quiere decir que una vez en el poder implementen una política que no reduzca en sentimiento de marginación de las mayorías, o aún de acrecentarlo.

Por lo dicho lo que comparten, lo común entre las tres definiciones (out siders, postura out siders y rasgos out siders) es que son percibidos por el electorado como factores inclusivos.

Ahora, ¿Qué tiene qué ver la campaña como docencia con el out siders? De eso hablaré en el próximo artículo.


Saludos cordiales,
Edson Baldeón


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