Acción Popular se alista a cambiar de Presidente. Víctor Andrés García Belaunde deja el cargo. Se trata de una elección de máxima importancia partidaria. Es la primera vez que el partido elige a su máxima autoridad política. Anteriormente era Fernando Belaunde la autoridad máxima de AP. Le sucedió Valentín Paniagua que no fue elegido sino aclamado, luego de ser propuesto por el mismo Belaunde. A Paniagua le siguió Vitocho García Belaunde que tampoco fue elegido Presidente sino que reemplazó a Valentín Paniagua al éste renunciar al cargo. Entonces será la primera vez que el partido ponga al voto a su máxima autoridad política. Y este es el primer punto que debemos tener en cuenta.
En segundo lugar, la importancia de esta elección reside en que el Presidente fija la línea política del partido. Esa es la gran tarea del próximo Presidente de AP para los próximos cuatro años ya sin Belaunde y sin Paniagua y en un contexto de elecciones municipales y regionales del 2010, y luego las generales del 2011.
El partido muestra actualmente innegable debilidad política manifestada en, por ejemplo, el hecho que el partido no participa en unas elecciones presidenciales en solitario desde 1985 cuando Alva Orlandini sacara 6 % de los votos y el partido era gobierno y lo lideraba el mismo Belaunde. Desde esa fecha el partido ha formado parte de alianzas electorales que no ganaron las elecciones en que participaron. Las realizadas en 1995, el mismo candidato García Belaunde ha manifestado que “no cuentan” por darse éstas en un contexto no democrático. Todo indica, pues, que en el 2011 tampoco AP tendría candidato propio y más bien tendría que aliarse con otros partidos.
Teniendo en cuenta estas dos circunstancias, quiero plantear algunos criterios que se podrían utilizar al momento de elegir al nuevo Presidente de AP. Presento estos cuatro criterios que podrían servir al momento de decidir a quién elegir como Presidente de AP.
1º. Solvencia mediática para presentar la línea política partidaria.
2º. Capacidad de acumulación de poder político personal.
3º. Capacidad de unir y mantener unido al partido.
4º. Capacidad de transferir su desempeño político personal al fortalecimiento del partido.
1º Solvencia mediática para presentar la línea política partidaria. El primer criterio tiene que ver con la fijación de la línea política del partido y la capacidad de presentarla a la ciudadanía con éxito. No se trata sólo de tener las ideas sino de hacer posible que ésta sea decepcionada por la ciudadanía de la mejor forma posible. AP tiene como candidatos a la Presidencia Luis Enrique Gálvez y a Javier Alva Orlandini ¿Cuál de los dos candidatos presentaría con mayor éxito la línea política del partido a la ciudadanía? Debe entenderse por éxito los resultados positivos en la población y no tanto la línea política en sí. Ambos candidatos son inteligentes, conocen el teje y el maneje de la política. ¿Pero cuál de ellos podría elaborar una mejor imagen política de tal forma que la población los escuche? Para esto importa poco lo que los acciopopulistas pensemos de las cualidades de los candidatos sino lo que el ciudadano común y corriente piense de Luis Enrique Gálvez o de Javier Alva Orlandini. ¿Cuál de ellos podrá labrar una mejor imagen política ante la ciudadanía de a pie? ¿La gente verá con más simpatía a una nueva figura, joven, carismática y talentosa como Luis Enrique Gálvez, o a alguien con una trayectoria conocida, figura de la partidocracia peruana, con toda la experiencia política de tener más de las 2/3 de sus 83 años en actividad política como Javier Alva Orlandini?
2º. Capacidad de acumulación de poder político personal. El segundo criterio para elegir al Presidente de AP tiene que ver con la acumulación de fuerza política del Presidente. Lo explico: casi todos los partidos eligen a su Presidente el que a su vez se constituye en su figura electoral. Así el Presidente del Partido Aprista hizo a Alan García Presidente del APRA porque tenía que potenciar electoralmente a su máxima figura. El PPC también hizo su Presidenta a Lourdes Flores Nano antes de que ésta sea candidata de Unidad nacional, Solidaridad Nacional hace lo propio con Castañeda, candidato y posteriormente alcalde de Lima, y el Partido Nacionalista tiene como su Presidente a Ollanta Humala. La relación es clara y evidente: la Presidencia es un lugar que lanza o mantiene en la escena política a una de los grandes liderazgos de un partido a fin de que este líder acumule fuerza política con sus declaraciones permanentes en los medios masivos y con la autoridad que le da ser la máxima autoridad de un partido nacional, lo cual permite al Presidente mejorar su popularidad para obtener la mayor votación posible en las próximas elecciones. Teniendo en cuenta que Luis Enrique Gálvez ha manifestado su intención de ser el candidato del partido para la alcaldía de Lima o la Presidencia de la República, y también teniendo en cuenta que Javier Alva Orlandini ha manifestado que no postulará a nada en las elecciones del 2010 ni en las del 2011, ¿cuál de los candidatos debe acumular fuerza política para postular a un cargo electoral que contribuya al fortalecimiento del partido? Obviamente, el único que postularía a cargos nacidos de elecciones: Luis Enrique Gálvez. Es esta la consecuencia lógica de mi planteamiento, y no de mi simpatía política.
3º. Capacidad de unir y mantener unido al partido. El tercer criterio para elegir al Presidente de AP tiene que ver con una de las funciones del Presidente: Constituir la Presidencia en un ente que unifique al partido como un todo. ¿Cuál de los dos podrá realizar esta función de la mejor manera? La lógica superficial indica que Javier Alva. La pregunta es, si no siendo candidato a nada en el 2010 ni en el 2011, JAO podría mantener la unidad del partido sabiendo los intereses diversos que salen a flote en contextos electorales. Podría suceder que los candidatos a la Alcaldía de Lima o a la Presidencia de la República quiten protagonismo político al Presidente del partido. Los que estamos en política sabemos que las figuras lectorales quitan protagonismo a los dirigentes partidarios y también sabemos que a la hora de la hora lo que prima son los intereses ¿Por qué tendría que suceder lo contrario con Alva Orlandini que no será candidato a nada como él mismo lo ha asegurado? Con Luis Enrique Gálvez como Presidente del partido y a la vez candidato del partido la unidad estaría de alguna forma garantizada. Pero cuando “X” es Presidente y “Y” candidato la unidad podría verse en apuros con las consecuencias negativas par la buena marcha del partido.
4º.Capacidad de transferir su desempeño político personal al fortalecimiento del Partido. El cuarto criterio que debemos tener en cuenta al elegir a un Presidente tiene que ver con la potenciación del partido como organización política. ¿Cuál de los dos candidatos puede potenciar al partido ante la ciudadanía, de tal forma que le dé vitalidad, lozanía, que lo renueve? Y es que no se trata solamente que el partido haga a Presidente a uno de los suyos y lo ubica como el primero entre iguales lo que redunda en que esta figura se convierte en una de las figuras mediáticas del escenario político peruano, otorgándole incluso cierto poder delegado.
Si el partido encumbra con el sitial más elevado que es capaz de dar a uno de los suyos, nada menos que de Presidente, tiene éste por fuerza que rendir, y rendir en beneficio del partido. No tiene que quedarse en un rendimiento personal sino en uno que redunde en beneficio del partido. Me pregunto, si Alva Orlandini no puede acumular poder político porque no va a ser candidato en la próxima elección, ¿Cómo podría hacer que esta imposibilidad redunde en beneficio del partido?
Una quinta y última consideración, y esta vez dirigido especialmente a los jóvenes del partido. Ustedes saben más que nadie que el futuro importa más que el pasado, que la obra les corresponde a los jóvenes. También deben saber que la Presidencia debe ser sopesada contraponiéndola al futuro, más que al pasado. El futuro es aliado de los jóvenes. Y el criterio temporal también debe ser sopesado adecuadamente a la hora de decidir quién podría ser nuestro próximo Presidente. Escuchen a todos, pero al final decidan según sus intereses generacionales. Pues defender nuestros intereses generacionales es siempre saludable, y lo es aún más en un partido que necesita renovación para conectarse con el electorado peruano que a fin de cuentas es un electorado joven. Como nosotros.
Edson Baldeón
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