Humala Vs Keiko
En los últimos años hemos sido testigos del ataque masivo del que han sido víctimas tanto el líder del Partido Nacionalista, Comandante Ollanta Humala Tasso, como la lideresa de Fuerza 2011, Congresista Keiko Fujimori. No voy a detenerme en si tenían o no asidero las acusaciones que se les imputan. Lo que me interesa es calcular la potencialidad de estas candidaturas de cara al 2011. Una probabilidad real es que uno de estos dos líderes pase a la segunda vuelta, o incluso que los dos lo logren.
La campaña por la Presidencia ya ha empezado en una especie de guerra de posiciones. Y ambas candidaturas han mostrado fortaleza y debilidades. Estas dos candidaturas tienen coincidencias no solo porque son están sostenidas en las clases populares sino porque no se ubican con comodidad en el centro del espectro ideológico, uno está la izquierda y el otro a la derecha. Ambos están entre los favoritos para el 2011, ambas tienen unas bancadas disciplinadas en el Congreso. Pero quizás en lo que más coincidan es que ambas fuerzas si bien se soportan en las clases populares están encabezadas por un liderazgo fuerte. En lo que sigue pasaré a referirme a las diferencias en cuanto a potencialidad electoral de cara al 2011.
Todas las candidaturas carismáticas (tanto la de Fujimori como la de Humala) son fuertes porque representan algo. Generalmente el mensaje en este tipo de candidaturas es de inclusión del sector popular y de enfrentar al poder establecido. En ese centro radica su fuerza y su potencialidad electoral tanto del fujimorismo como del humalismo. Cuando nació el fujimorismo, pero especialmente tras el autogolpe del 5 de abril de 1992 estas dos promesas fueron enarboladas y la gente creyó en estas promesas y las hizo suyas. Esta fue la razón por la que la gran mayoría de las clases populares apoyó el golpe del 5 de abril. Han pasado 18 años y mucha agua ha pasado por el puente. Ninguna de las dos promesas de Alberto Fujimori han sido cumplidas a cabalidad: por un lado, ni las clases populares han sido incluidas como esperaban, y por otro lado el establecimiento político si bien sufrió un severo golpe el 92 hoy ha sido restaurado. La promesa del fujimorismo de inicios de los 90 simplemente no ha sido cumplida. Y esa es la principal debilidad del fujimorismo de cara al 2011 y marca los límites de su crecimiento electoral.
Cuando el núcleo de alguna fuerza política es confrontada y debilitada entonces su potencialidad electoral queda severamente en entredicho. Y esto es lo que pasa con el fujimorismo de hoy. Según el fujimorismo el mal del país era que el establecimiento, la partidocracia, era inservible y había que entrar a una etapa de reconstrucción nacional sin los vicios de la partidocracia. El núcleo del fujimorismo (inclusión y derrota de la partidocracia) ha sido confrontado con la misma realidad. Hoy vemos al fujimorismo en el Congreso con las mismas prácticas de la partidocracia y en componendas con ésta. Su entendimiento con el Partido Aprista Peruano es tal vez lo que más grafica que la promesa del fujimorismo de los
Todo lo contrario sucede con el humalismo. Su promesa es la misma de todos los liderazgos carismáticos: la inclusión de las mayorías y la derrota del factor excluyente: la partidocracia. Pero aún no ha sido confrontado y derrotado el núcleo de su promesa. Aún no se le puede decir que ha traicionado a las clases populares por cuanto aún no ha gobernado y siguen confrontando al aprismo y a la partidocracia peruana. Por lo tanto el núcleo de su promesa se mantiene intacto. Y esto marca su potencialidad electoral de cara al 2011. Lo que hemos visto en los últimos años es un ataque a Humala no porque ha arriado sus banderas sino porque los ha mantenido. Hoy día que escribo esto, por ejemplo, el Partido Nacionalista por medio de su líder Ollanta Humala se ha pronunciado en contra de la exportación del Gas de Camisea (la Web de El Comercio por ejemplo no publican este tema de primera importancia política). Ningún partido lo ha hecho, lo cual afianza su capacidad de la promesa de inclusión y de lucha contra la partidocracia. Mientras no se "hiera" el núcleo simbólico de la candidatura carismática ésta no se debilita grandemente, Mientras el núcleo de la candidatura “antisistema” no sea atacado y derrotado en su "centro" su capacidad de resurgimiento está intacta.
Pero que la promesa del fujimorismo no se haya cumplido a pesar de que tuvieron el poder 10 años no significa automáticamente su derrota, pero sí su debilidad. Igualmente, el hecho de que el humanismo no haya sido derrotado en su centro simbólico-político tampoco significa automáticamente su victoria, pero sí expresa su potencialidad. Puede suceder que en una segunda vuelta el fujimorismo le gane al humanismo, pero por lo dicho esto es muy difícil.
No sólo los factores simbólicos funcionan en una elección, hay muchos factores, lo que acabo de argumentar es sólo uno de ellos. Importante, pero sólo uno de ellos. Habrá tiempo para referirnos a otros factores que nos vayan acercando a la potencialidad electoral con más detalle de cada una de estas agrupaciones carismáticas del Perú de hoy.
Saludos cordiales,
Edson Baldeón
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