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viernes, 7 de mayo de 2010

¿Qué tiene que tener un candidato para convertirse en la sorpresa para Lima?


¿Qué tiene que tener un candidato para convertirse en la sorpresa para Lima? 1° Parte

Una de las grandes interrogantes de esta campaña municipal está referida al papel de los candidatos menores en esta campaña municipal y/o si alguno de los existentes podría convertirse en el candidato sorpresa (que ya es casi un clásico en tiempos electorales en el Perú). En mi opinión, de los existentes, sólo Ibérico, Lay o Villarán podrían eventualmente constituirse en el candidato sorpresa para Lima. Pero sus posibilidades actualmente serían como la mitad de su % de intención de voto sobre 100, por decirlo así. Remarco el “de los existentes porqué todavía hay tiempo para que aparezca otro candidato. Ahora mismo que escribo esto acabo de leer que Salinas sería lanzado por UPP. En lo que sigue trataré de fundamentar esta interrogante: ¿Qué tiene que tener un candidato para convertirse en la sorpresa para Lima?

¿Y qué tiene que tener un candidato para convertirse en la sorpresa para Lima? En mi opinión tiene que tener algunas características de lo que se ha dado en llamar “out siders” y a la vez convenza a la población de Lima que puede ser un buen gerente.

A diferencia de las campañas presidenciales quien quiere constituirse en sorpresa para Lima no tiene que ser un acabado outsiders, pero algunas de sus características debe tener. Es imposible saber qué características podrían ser éstas porque en realidad éstas no son las reales causas de su fortaleza sino el rechazo del statu quo es el soporte real de este tipo de candidaturas. Esto nos indica que sean cuales sean estas características le tienen que diferenciar del statu quo. En términos generales el statu quo significa no-cambio. Por consiguiente el out siders tiene que representar el cambio ¿Pero hasta qué punto la gente esperará un cambio para una ciudad si el saliente alcalde goza de más de 65 % de popularidad? Sin embargo, el hecho de que la gente apruebe mayoritariamente al actual alcalde no significa necesariamente que va a elegir a quien más se le parezca, o siquiera a quien se presente como su delfín. En las elecciones no funcionan la lógica ni la racionalidad política. Hay, sin embargo, otro tipo de racionalidad que favorece al out siders. Veamos.

1. Lo central en su out siders es que representa el anti-establecimiento. El establecimiento generalmente está asociado al poder, y a este poder oficial “excluyente” puede contraponerse un contrapoder de los “excluidos”. Este contrapoder tiene que incluso tener una apariencia diferente al poder del establecimiento (todo entra por los ojos, dicen). El mensajero en este caso se convierte en parte del mensaje, y este mensaje tiene que ser esencialmente diferente al poder oficial que excluye: tiene que tener características sustancialmente inclusivas. Y como nadie sabe si tal candidato será efectivamente un poder inclusivo que luche y venza al satanizado poder “excluyente” entonces tiene que conformarse con ciertos “indicios”, aunque sea sólo simbólico. Así, si alguien es joven significará que no tiene interese creados y que a la vez tiene la fuerza para luchar por “nosotros, el pueblo”, si es mujer o no es blanco significará que es “de los nuestros”, de los “excluidos”. Si es una persona que ha vencido la pobreza y otras dificultades significará que tiene la fuerza para vencer “a los malos”, etc. No es que lo razonen ni que lo calculen se trataría simplemente de un sentir, una impresión, un indicio, “algo” que apunta a eso. Por lo dicho, la segunda víctima del outsider siempre será la “derecha”. ¿La Primera? como en las guerras, la verdad. La verdad, y no por intención de outsiders, sino por otros factores que no es necesario explicar por ahora.

Si se presenta una persona masculina, rico (o que no ha vivido la pobreza), adulto, blanco, católico practicante, etc., será automáticamente parte de “ellos”, “de los de siempre”, de “los correctos”, a candidatos hombres, mayores y blancos. Por el contrario el out siders supone que se sea no blanco (cholo), ni rico (ex - pobre), no varón (mujer), No adulto mayor (joven). Y es que outsiders siempre tiene una marca de nacimiento, es opositor al poder oficial, es un contrapoder al que los perdedores se aferran. Pero no porque se sea cholo, mujer o joven sino por el mensaje implícito que conlleva esta condición. Repito, el mensajero es el mensaje. Y es que en general el establecimiento está asociado a “exclusión” y por lo tanto el out siders tiene que llevar el mensaje de inclusión aún en su mismo cuerpo, en sus características físicas. Un candidato cholo, joven, (ex) pobre, o mujer traen implícitamente ese mensaje. Lo explico rápidamente.

Juventud significa resolución, fuerza, decisión, independencia, cambio, innovación, etc., eso significa juventud en un candidato. Y pueden ser consideradas virtudes en un candidato en tanto le permitirían realizar lo que se promete en una situación donde se tiene que innovar para no quedarse a la saga del mundo.

El sexo del candidato también es importante pues el sexo no se reduce a los órganos genitales sino que puede ser considerado una forma de entender y de sentir las cosas que te rodean y por lo tanto de atender algunas cuestiones desatendidas. Hay por tanto una promesa de inclusión. El mensaje es: encumbrar a la mujer es apostar por un mundo mejor. Ésa es la promesa implícita en una candidata mujer. Y es bueno que sea así.

Los rasgos raciales también pueden funcionar como una manera de inclusión como en el caso de la mujer, pues no se trata sólo del color de la piel, sino de una sensibilidad diferente que se ha obtenido por la sedimentación de la discriminación de lo que se es. Básicamente ser racialmente distinto al blanco significa que se ha sido víctima del poder, y que por lo tanto se estaría en predisposición de ayudar al débil. Esa es la promesa y es una bonita promesa de inclusión. Y electoralmente muy atractiva cuando se está en una democracia, donde se aplica la regla de la mayoría y donde se sabe que la mayoría está excluida del poder.

El hecho que sea un triunfador contra la exclusión y la pobreza es la cereza del pastel. Si una vez fue pobre y ahora ya no lo es significa que esa persona refleja lo que tú quieres llegar a ser: él es lo que yo quiero ser o lo quiero que mis hijos lleguen a ser. Y es que mucha gente no vota por alguien como tú sino por alguien que satisfaga el deseo de lo que ellos (o lo suyos) quieren ser. El futuro es sopesado en mejor forma que el presente y el pasado. Esto especialmente en las grandes ciudades como Lima.

Hay otras características de un out siders pero para la alcaldía de Lima no será necesaria una campaña out siders sino sólo rasgos básicos de un liderazgo out siders. Por que la gente entiende que manejar la municipalidad de Lima no va a cambiar la situación de las personas. En una elección presidencial es diferente y se hace necesario escudriñar a más profundidad una candidatura out siders. Para las municipales basta y sobra solo algunos rasgos out siders. Puede bastar con ser mujer, o sólo puede ser joven… Tampoco necesita una estrategia de campaña electoral out siders, le basta con una campaña tradicional. Y además, limitando aún más el espacio para un out siders para Lima tenemos que tiene que convencer a los limeños que puede ser un buen gerente que haga buenas, grandes y útiles obras de infraestructura. Pero como una elección es básicamente una competencia por votos donde gana uno entre varios, entonces las características personales del out siders no pueden desdeñarse ni mucho menos.

2. Un liderazgo siempre es una promesa. Pero esa promesa tiene que tener la suficiente fuerza como para convencer que es confiable. Porque ojo, si bien es cierto que quien cuenta con características out siders está en mejores posibilidades de constituirse en el factor sorpresa en estas elecciones tiene un límite: tiene que brindar a la ciudadanía confianza de que puede ser un buen gerente.

Además, para que alguien se constituya en un candidato/a sorpresa se tiene que tener otras características. Además de la promesa de inclusión, el candidato /a sorpresa tiene que representar ciertas virtudes. ¿Cuáles virtudes?

La franqueza, la buena intención, decidido, sensible, culto, inteligente, sin vicios, sencillo, accesible al común, solidario, esforzado, resuelto, bondadoso, etc., son cualidades que la gente aprecia en un candidato pues permiten que se trabaje a favor de las mayorías. Las grandes virtudes que la gente anhela convierten en antropomórfica la política. Pero cómo es que se da este fenómeno? Creo que lo “antropormórfico” de nuestra política se debe a que la gente común ha internalizado algunas virtudes como la bondad, la solidaridad, la honradez, el esfuerzo, etc, Y estas virtudes -abstractas en lo esencial- son queridas por las personas y deseadas como buenas y dignas de ser cultivadas. Cuando se llevan campañas electorales los candidatos son presentados como un dechado de estas virtudes, y la ciudadanía ve bien esto porque cree que estas virtudes incorporadas a la política por una personalidad es buena para el progreso de la sociedad y el bienestar de la gente. Así una persona honrada hace cosas honradas y puede hacer que la política sea más honrada de lo que es. O una persona solidaria puede hacer que la solidaridad sea un eje en la vida política. Todo esto puede ser discutible, pero no importa, lo importante es que la gente común lo cree así y la política es por tanto es antropomórfica. Si lo dicho es cierto la política seguirá siendo antropomórfica. Y esto debe ser tomado como un dato de la realidad por los partidos.
Las personas tenemos vicios y virtudes, y nadie escapa a esto. Cualquier persona que sea escudriñada en lo más mínimo de su personalidad pronto le será descubierta aspectos que le hacen inmerecedor del cargo. No importa si se trata de la más acabada personalidad. Simplemente el ser humano es “defectuoso” por naturaleza, y la persona virtuosa sólo está en la cabeza de los que aceptan esta idealización.

Tenemos entonces que quien quiera ser el candidato sorpresa para Lima tiene que tener:
1. Algunas características personales que lo acerquen al tipo ideal del out siders, o mejor aún de no tener lo que tienen “los de siempre” (No blanco, no rico, no varón, no católico practicante, no adulto mayor)
2. Algunas virtudes (franco, bien intencionado, decidido, sensible, culto, inteligente, sin vicios, sencillo, accesible al común, solidario, esforzado, resuelto, bondadoso, etc.) No porque sea todo esto, sino que lo es como imagen política, ojo.
3. Tiene que saber manejar su campaña electoral como si éste fuera una partida de ajedrez.

Con esta 3° característica continuaré mañana….

Saludos. Edson Baldeón

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